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14 de noviembre de 2017

Capítulo II: La noticia

¡Hola de nuevo! ¿Tenéis ganas de saber más? ¿Cómo continúa el capítulo anterior? Pues... ¡Vamos a ello!

Como os contaba, me eché a llorar cuando vi el positivo. En parte porque no me lo esperaba (me refiero a que lo hubiéramos conseguido tan pronto) y en parte porque me lo esperaba (sí, es raro pero mi cuerpo me lo dijo desde el momento cero). Así que, pensando en mi marido y en cómo hacerlo para que no lo olvidara nunca, me fui al chino de al lado de casa (de nuevo sí,  es un poco cutre pero eran las dos y pico de la tarde y era lo único que había abierto) y compré el chupete de la foto, que junto con el test lo pegué en una cartulina chula que tenía por casa y lo colgué en la pared del baño. 

Pensaréis que es un sitio extraño para dejarlo, pero no es tan raro llegar a casa del trabajo y usar el lavabo, más aún cuando es enero y hace frío y el calefactor está ahí ;)

Así que preparé todo y me dispuse a hacer la comida intentando disimular la emoción cuando el papi llegó a casa. Cuál fue mi sorpresa cuando ese día (dichosa ley de Murphy) no le dio por entrar al baño. Así que directamente le pregunté si no tenía intención de pasar. Menos mal que dijo que sí jajajaja. 

Cuando "enfiló" el pasillo, yo me escondí en la esquina para ver su cara... Fue de película. Al principio no lo vio, pero cuando se percató y lo leyó salió corriendo en mi busca diciendo... "¡¡¡No me digas!!!". Qué momentazo. 

A partir de ahí todo fue mágico, compartido, momentos de nervios, complicidad, dudas y felicidad. No queríamos creérnoslo aún (de hecho compré otros 2 test más), quisimos esperar a la eco de las 12 semanas (mentira, fuimos al privado a las 8 semanas porque no pudimos pude aguantar con la intriga). La verdad es que durante el último año había leído millones de artículos, estudios, documentales, libros, etc. acerca del tema, y no es tan raro un aborto natural, o un falso positivo (si eres una ansias como yo y te lo haces antes de la primera falta). Así que dentro de la emoción inicial quisimos guardar la calma y, sobretodo, el secreto.

Pero tampoco pudimos hacerlo.

La verdad es que he tenido un embarazo buenísimo hasta prácticamente el final. Los primeros meses ni náuseas, ni ascos, ni nada de nada... Excepto las hormonas. Uff! Qué verdad más grande eso de que te cambian por completo. Nunca antes había reído a carcajadas mientras estaba llorando... Y fue ese el motivo de desvelar el secreto. Una tarde marido me vio tan decaidilla que me propuso contarle a mi papi la gran noticia. Y, claro, yo accedí :)

Aunque no fue el primero en saberlo, porque antes mi hermana recibió un whatsapp con una foto:




"Hermana, eres genial. Guapa. Lista. Realmente encantadora. De hecho eres tan genial que hemos estado pensando en darte un ascenso. ¿Te vendría bien ser tía?






Continuará...





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